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Hacienda Enriqueta

Para el 1830, el señor Heinrich Kleibring, nacido en Alemania, llega a Puerto Rico para trabajar como mecánico en la Central Coloso de Aguada. Se casa con una mocana y compra a Don Ramón López, la maquinaria de la Hacienda Buena Esperanza para luego fundar la Hacienda Enriqueta. Probablemente parte de estos terrenos pertenecieron a la Antigua Hacienda Las Palmas, descendentes de Don José de Quiñonez. El matrimonio Kleibring tuvo una hija la cual llamó Enriqueta y en honor a ella le puso el nombre a la Hacienda.

 

Una vez fallece Don Kleibring, su hija quien se casó con Tomás Babilonia hereda la finca. Tomás logró mediante compra, agrandar el tamaño de la hacienda hasta lograr un total de 70 cuerdas de terrenos, aumentando su producción de azúcar al doble. Era una hacienda tan importante que podía acuñar su propia moneda. La Hacienda fue el único ingenio azucarero en el territorio de Moca.

 

Para el 1925 Tomás Babilonia vende la propiedad a Don Alberto Estévez Volckes, un ingeniero químico azucarero y prominente financiero aguadillano. Alberto restaura la casa y se muda con su familia y convierte la hacienda en un verdadero imperio azucarero con miles de cuerdas. Para el año 1950 deja la casa y se muda a vivir a Aguadilla por su enfermedad. En el 1967 el doctor Loperena, actual dueño, compra la casa y dos cuerdas de terreno y la convierte lo que es hoy en día el Museo Hacienda Enriqueta.

 

Está ubicada en la carretera # 125 y si están interesados en visitar la Hacienda Enriqueta favor de comunicarse con el Dr. Loperena al (787) 891-1120.

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